Este fue uno de los datos que hoy se presentó en el marco del “I Encuentro de Firmantes de la Carta Europea de Seguridad Vial” que se celebró hoy en la Casa de Cultura de Ribadesella, y que fue inaugurado por el Alcalde Ribadesella, Ramón Canal, con la presencia del Teniente Coronel Jefe de la Comandancia de Gijón de la Guardia Civil, Martínez Raposo.
Los participantes en el encuentro, estudiaron los factores que confluyen en los accidentes de tráfico, desde la óptica de los tres elementos que conforman el sistema de tráfico, y desde la óptica de la prevención, la investigación, y la asistencia a los accidentados.
En lo referente al vehículos como elementos del tráfico, el Director Técnico y de Calidad de ITVASA, Celestino Pérez Rodríguez, manifestó que se estima que en España unos dos millones de vehículos circulan sin la ITV, circunstancia esta que se destacó en el encuentro como preocupante, ya que según el modelo matemático propuesto en el informe AUTOFORE de la Unión Europea, en España la inspección periódica habría evitado, en el año 2005, 7.857 accidentes. Según los propios datos de ITVASA en el año 2009, en Asturias la Inspección Periódica de vehículos habría evitado, de un total aproximado de casi 2000 accidentes, casi 500.
Por su parte, Ole Thorson Jorgensen, Presidente de Pat-APAT, dijo que en España desde que se fundó P(A)T en 1.968 hasta ahora han fallecido más de 200.000 personas en siniestros de tráfico. El pasado año 2.010, según los datos de la DGT, hubieron en España 2.490 victimas mortales a 30 días y más de15.000 heridos graves (urbano-interurbano). Esto significa que 7 personas murieron y 42 personas resultaron heridas graves cada uno de los 365 días del año pasado por siniestro de tráfico en nuestro país. Estas son las “victimas oficiales” pero detrás o al lado existen otras víctimas no contabilizadas, ni reconocidas y que pasan inadvertidas por la sociedad. Son los familiares y allegados que sufren normalmente en silencio el impacto emocional producido por el siniestro de tráfico y las graves consecuencias que se perpetúan muchas veces a lo largo de toda la vida.
Sergio Corredor Peña, Director General de SIMEPROVI (Asociación Española de Fabricantes de Sistemas Metálicos de Protección Vial) afirmó que los accidentes por salida de calzada de vehículos causan cada año entre el 30% y el 40% de los muertos en las carreteras. En este tipo de accidente la infraestructura interviene siempre de forma decisiva. Actuando sobre ella, se puede ayudar a que estos accidentes no se produzcan (por ejemplo, mejorando el trazado de las carreteras o su señalización) y a que, en caso de producirse, sean lo menos lesivos posible. En este último caso, es necesario conocer los peligros existentes en los márgenes de las carreteras, tales como obstáculos, desniveles pronunciados y otras vías de circulación, y analizar la posibilidad de eliminarlos, alejarlos de la calzada o modificarlos de forma que dejen de constituir un elemento de riesgo. Cuando todo lo anterior no es posible, se hace imprescindible la instalación de sistemas de contención de vehículos adecuados, y explicó los aspectos que se deben cuidar para conseguir que los sistemas de contención que se instalen en las carreteras ofrezcan niveles de protección adecuados para todos los usuarios, incluidos los más vulnerables, como son los motociclistas.
Los asistentes destacaron el alto nivel de las ponencias presentadas.
El Corresponsal para España de la Cata Europea de Seguridad Vial, Raimundo García Cuesta agradeció a los asistentes el esfuerzo realizado por el desplazamiento desde sus lugares de origen, la implicación en el desarrollo del Encuentro del Ayuntamiento de Ribadesella, y destacó la necesidad de aunar esfuerzos e incidir en la responsabilidad compartida para conseguir que la Seguridad Vial se entienda no como una mera ausencia de accidentes, sino como “el estado de bienestar saludable en el libre y autónomo uso de nuestras calles y carreteras”.
Cabe destacar la presencia en la Jornada del autobús que en los mundiales de 1982 utilizó la Selección de futbol de Argelia, que luego prestó servicio en la Empresa Municipal de Transporte Urbano de Mieres, y que fue restaurado por la Escuela Taller de Fucomi.
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